Mercado del Puerto, La Isleta


    En todo barrio existen edificios que por sus características o por su historia son parte fundamental de su identidad, este es el caso del Mercado del Puerto de La Luz, también conocido por los isleteros e isleteras como “La Plaza”.
     Singulares características de este edificio y singular los datos que existen sobre su historia, por distintas razones se ha planteado que fue diseñado y ejecutado en 1891 por el equipo de Gustave Eiffel, el famoso ingeniero francés que diseñó la famosa torre de Paris. En cuanto a la fecha, incluso los paneles informativos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, exponen erróneamente esta fecha como terminación del edificio.
Esa versión aunque muy extendida no parece del todo cierta, si bien en el mercado pudo comenzar su actividad económica en torno a esa fecha, el edificio actual no fue terminado hasta 1911, según conocelaisleta.com, importante página-web que realiza entre otras importantes funciones la divulgación de la historia del barrio, la finalización del actual edificio sería en diciembre de 1911, con lo cual el mercado de abastos permaneció durante 20 años a la intemperie.
     En Julio de 1908, a instancias de su alcalde Ambrosio Hurtado de Mendoza, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, aprueba la petición de un crédito de entre quinientas mil y ochocientas mil pesetas, con un periodo de amortización de cincuenta años, para la realización de las obras importantes pendientes en la Ciudad, las tres obras más urgentes a acometer con este dinero serían, la construcción del Mercado del Puerto de La Luz, la colocación de una tubería especial para abastecer el Puerto y el Matadero municipal, el coste de estas tres obras ascendía a quinientas ochenta y ocho mil pesetas, la cantidad de lo correspondiente al Mercado ascendió a doscientas mil pesetas y el hierro fue importado de Inglaterra. La urgencia de la obra era debida fundamentalmente a dos aspectos, uno higiénico y el otro turístico, este último no porque fuera un atractivo turístico sino por la mala presencia que daba el observar el mercado sin una instalación adecuada, precisamente la premura de la obra fue la que decantó la elección en favor del hierro como material para la construcción, material bastante más caro, pero a su vez bastante más rápido en su ejecución.
     Desde su construcción se le han realizado dos intervenciones importantes una en la década de los noventa con la que se pone de manifiesto el actual estado del edificio y otra en 1946, realizándose una importante restauración de la cubierta, también incluye esta última intervención la adecuación de la instalación eléctrica, el presupuesto para esto último ascendía a 10.579,77 pesetas. En junio de 1952 se aprueba por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, un hecho que afortunadamente no se ejecutó, este consistía en la construcción de un nuevo mercado en el mismo lugar, lo que nos hubiera privado del monumento arquitectónico que hoy poseemos.
     En Abril de 2005, el presidente del Gobierno de Canarias a propuesta del Consejero de Educación, Cultura y Deporte declara el Mercado del Puerto de La Luz, Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento, las consideraciones más importantes tenidas en cuenta es que el Mercado es la edificación más característica construida en hierro de Gran Canaria y el ser parte importantes de la reciente historia y muestra del desarrollo socioeconómico del Barrio, de la Ciudad y de la Isla, como planteaba al principio el Mercado del Puerto es un monumento por los materiales utilizados para su construcción, pero también lo es por lo que ha representado, representa y seguro que representará en el futuro. La declaración de Bien de Interés Cultural destaca la disposición de tiendas comerciales hacia el exterior que según el dictamen “circunstancias que aluden directamente a un marco histórico concreto en el proceso de desarrollo y evolución de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, como es la progresión del Puerto de La Luz y zonas aledañas como áreas comerciales de gran importancia para la ciudad”, posteriormente a petición popular y por motivos higiénicos se traspasó la actividad comercial de frutas y verduras a la parte interior del Mercado.
    Para los amantes de los datos, les aporto que en junio 1952, el kilogramo de habichuelas, calabazas o coles costaba 3,00 pesetas, él de batatas 2,50 pesetas y él de papas 1,30, en cuanto al pescado presentaba los siguientes precios, sama 2,50, burro 2,80, antoñito 2,55 y pescadilla 6,50 si estaba en hielo y Sama 5,00, chopa 4,00 y burro 5,00 si el pescado era fresco.
    Desde sus inicios y centrándonos en la actividad comercial, esta fue muy considerable, incluso habiendo algunos altercados públicos debido a la masiva afluencia de personas y a veces la falta de mercancías. Otro aspecto que nos puede indicar el continuo movimiento en torno al mercado es que precisamente debido al denso tráfico de vehículos que se generaba fue necesaria la instalación de semáforos, estos fueron de los primeros instalados en la ciudad.
    También creo que no debemos olvidarnos de otro edificio emblemático, este edificio era la Pescadería del Mercado, estaba situado en la zona sureste, recordando que la marea llegaba muy próxima al Mercado, seguro que sería digno de ver para las generaciones actuales como los barcos atracaban justo al lado para descargar sus capturas.
    Pese a los cambios producidos en el sector comercial en los últimos tiempos, la actividad en el Mercado sigue viva, en la actualidad se está combinando la actividad comercial tradicional con la vuelta de la actividad de restauración. Nuestro Mercado sigue siendo un punto de referencia en nuestra ciudad esto se pone de manifiesto en hechos como que el proyecto final de los estudios de Cerámica Artística de la Escuela de Arte de Gran Canaria del curso pasado girara en torno suyo, con lo cual hemos tenido a personas estudiando, analizando y creando para colaborar en su futuro, espero que esto vaya dando los resultados que tanto los estudiantes como el Mercado se merecen, también es digno de destacar que los alumnos y alumnas del IES La Isleta realizaron trabajos de investigación y tuvieron ocasión de realizar visitas para conocer su actividad diaria.
    Deseo que este escrito colabore al conocimiento de esta centenaria obra, única en Gran Canaria, y sobre todo para los más jóvenes, que la próxima vez que pasen junto a ella, se detengan un momento para observar este edificio, parte fundamental en la historia del barrio.  


      jps, archipiélago canario a 1 de octubre de 2012.

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