Foto Jordao Da Luz, 1910, fotosantiguascanarias.org |
jps, Archipiélago Canario a 8 de marzo de 2013.
El año pasado con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, tuve la oportunidad de escribir un artículo titulado “Homenaje a las Cigarreras”, al respecto quiero dar las gracias a las personas que por distintos medios me realizaron comentarios muy positivos sobre ese escrito. Curiosamente desde que lo estaba escribiendo sentía la necesidad de hacerlo más largo de lo que me había propuesto y evidentemente una vez concluido sentí el irresistible deseo de continuar recabando información sobre el tema.
Pues
bien, por suerte tengo la oportunidad, de volver a homenajear a las
mujeres y hombres que en momentos muy difíciles, combatieron contra
la desigualdad social por cuestión de sexo. En este sentido hay una
persona especialmente importante en la lucha por la igualdad, sin
duda sería la persona que hizo que los problemas sociales, sobretodo
en el ámbito laboral, salieran a la luz publica y se consideraran
unos de los peores males de nuestra sociedad de finales del siglo XIX
y principios del siglo XX, esta persona fue José Cabrera Díaz,
primer presidente de la Asociación Obrera de Canarias, tenemos que
tener en cuenta que el hecho que sea un hombre él que manifieste
públicamente con más claridad la desigualdad es debido
fundamentalmente a que las mujeres no tenían acceso a los medios
para hacerlo publico, ni siquiera a medios para organizarse en
defensa de sus derechos.
Algo
empieza a cambiar, en Agosto de 1900, en ese mes se constituye la
Asociación Obrera de Canarias, alrededor de mil quinientas personas
se reúnen para reclamar los derechos de la clase trabajadora, ya eso
en el tema estrictamente laboral significaba un paso importantísimo
para la clase obrera canaria, pero además al elegirse en ese acto
las comisiones organizadoras de los gremios y la comisión Gestora de
la Asociación se elige como miembro a Tomasa Gutierrez, en
representación del gremio de cigarreros y cigarreras.
El
papel de este gremio en la Asociación fue espectacular, entre muchos
temas por la organización que llegó a tener y por los objetivos que
consiguieron con su tenacidad. Antes de organizarse, la situación de
estos trabajadores y trabajadoras presentaba unas pésimas
condiciones, agravadas justo a finales del siglo XIX por la
desaparición de alguna fabrica de importancia lo que conllevo a una
bajada generalizada de salarios por el exceso de personas en este
sector, por cada 100 cigarros elaborados se le pagaba 2.50 reales de
vellón y posteriormente pasó a 2.00 reales de vellón por el mismo
trabajo, esto sumado a una jornada de trabajo que ocupaba todo el día
y que el trabajo era realizado en parte, por niñas desde muy corta
edad, trajo consigo movilizaciones por parte de las personas del
gremio, según algunos periódicos de la época, los capataces de las
fabricas insultaban a las trabajadoras por el simple hecho de que
siendo mujeres asistieran a reuniones, José Zamorano Villar dueño
de una fabrica llegó a amenazar con traer 50 operarias de Sevilla
para sustituir a las cigarreras canarias, hay que tener en cuenta que
en todo este ambiente se nombra en abril de 1901 a Isabel Álvarez, a
Balbina García y a Antonio Llombet como representantes y
negociadores por parte del gremio, con lo que los que decían
públicamente que las mujeres no podían asistir a reuniones,
tuvieron entre otras cosas que negociar con una representación
compuesta por 2 mujeres. Hay que decir que estas movilizaciones
obtuvieron un resultado bastante positivo para lo esperado, la
situación sin llegar a ser la idónea, mejoró en algunos aspectos.
Desde las páginas de “El Obrero” las muestras de
entusiasmo por el desarrollo que tomaba la Asociación en este
sentido fueron bastante patentes, así se celebró como una de los
mayores triunfos de la Asociación las juntas celebradas a principios
de 1901, a las que a parte de un buen número de trabajadores,
asistieron más de cien trabajadoras, al respecto me parece oportuno
los siguientes fragmentos de un amplio artículo publicado el 13 de
abril de 1901, haciendo referencia a una de esas juntas, la situación
de la mujer en la sociedad de la época le da un valor extra a estas
palabras.
“HERMOSO
ESPECTACULO
Nunca
habíamos presenciado un espectáculo tan hermoso, tan grande, como
el que nos proporcionó el gremio de tabaqueros de ambos sexos en su
última junta general.
Se
ha venido siempre creyendo que la mujer dentro de la Asociación no
podría desempeñar a conciencia el puesto elevado que le
corresponde, ni podría cumplir la noble misión que se le encomienda
como base fundamental de nuestra regeneración. A pesar de ese
pesimismo, confiadamente abrigamos desde los primeros momentos la
esperanza risueña de ver a las obreras interviniendo directa y
eficazmente en nuestros destinos y tomando parte activa en la
dirección de nuestro organismo social.
Y
esta esperanza, que muchos creían irrealizable, y nuestro ideal, que
la mayoría ha considerado durante algún tiempo utópico, ha podido
demostrarse que no entran en el circulo amplísimo de las ilusiones,
sino que encajan perfectamente en la limitada esfera de nuestro
organismo social.
….Abrió
la sesión Cabrera Díaz, y ante una tan apiñada concurrencia, ante
tan considerable número de obreras, el citado compañero le fue casi
imposible – tal era la emoción que le embargaba – dirigir al
gremio un cariñoso saludo.
….
Muy pronto se extendió la noticia de aquel éxito, y en todas partes
se hicieron comentarios favorables y todos miran hoy con crecientes
simpatías la concurrencia del elemento femenino en nuestro seno.”
Al
igual que el artículo del año pasado quiero reiterar mi
agradecimiento por el esfuerzo a Tomasa, a José, a Balbina, a
Antonio, a Isabel y a tantas otras personas, incluyo especialmente en
este apartado a mi tía-abuela Agustinita que trabajó como tabaquera
en los difíciles años de la post-guerra española, sacando adelante
a sus hijos después de quedarse viuda, quedándole perpetuamente el
recuerdo al perder un dedo desarrollando ese trabajo. Gracias a su
entrega, por ejemplo, a principios del Siglo XXI, Nira, nacida un 8
de marzo de un año a finales del siglo pasado, puede cumplir años
con toda normalidad, disfrutando plenamente de su adolescencia.
Gracias a ellos y ellas, Nira hoy pudo despertarse a la misma hora
que sus hermanos, para en las mismas condiciones y con las mismas
posibilidades poder asistir a clase en el mismo instituto. Termino
contestando algunas preguntas que me hicieron tras la publicación
del otro artículo, Sí, Nira existe, Sí, por las casualidades de la
vida nació el 8 de marzo, Sí, tiene 2 hermanos llamados Nast y
Ubay y Sí, asisten al mismo instituto en las mismas condiciones que
ella.
Queda
mucho por hacer, pero debemos de reconocer que lo que se ha
conseguido tiene su valor porque precisamente no ha sido
absolutamente fácil, por eso reitero mi agradecimiento y mi
homenaje.