El 20 de
febrero de 1902, se publicó en número 4 y último del periódico ¡VACAGUARÉ!, al
respecto reproduzco un fragmento escrito por Secundino Delgado.
“Salen el
segundo y tercer números, y las suscripciones aumentan considerablemente: el órgano
autonomista tenía asegurada la vida. Aparece el cuarto, y mientras nosotros
tranquilos, serenos, seguíamos la campaña, la prensa de Madrid y de otras
capitales alarmóse de una manera inconcebible. Algunos periódicos españoles
reproducen artículos de ¡VACAGUARÉ!... comentándolos a su antojo; otros
instigan casi al gobierno a que nos decapite o poco menos. En el Congreso, con
elocuente palabra, se ocupan por varios días distintos diputados, haciendo de
mi una apología legendaria como revolucionario temible, maleante; según ellos,
hasta fui expulsado de varias naciones… ¡un monstruo, en fin, dinamitero!.
A
todas estas, yo, inocente de semejante alarma injustificada, pasaba los días en
la campiña arafera descuidado en la apacible paz de mi vieja cabaña.”
Debemos recordar
que junto a Secundino Delgado, el otro gran artífice del periódico fue Manuel
Déniz Caraballo, sobre el cual estoy realizando un amplio estudio, con el
objetivo principal que Déniz Caraballo ocupe el lugar que le corresponde en la
Historia de este país. La labor en el periodo de ¡VACAGUARÉ!... fue muy importante pero
es tremendamente injusto que un intelectual de su valía y una personalidad de
su talla sea reconocido únicamente por acompañar a Secundino Delgado en la
fundación de ¡VACAGUARÉ!...
El artículo
editorial del numero 4 se titulaba “El
único medio” y con el siguiente fragmento podremos comprobar los motivos
por los que los caciques locales y hasta los diputados y ministros de la metrópoli
situaron a ¡VACAGUARÉ! en un problema
de Estado, evidentemente veían peligrar otro “gran chollo” colonial.
“…este pueblo canario, cuyos primitivos
moradores, y de los que por nuestras venas corre sangre, prefirieron morir
antes que permitir vasallaje; hermoso ejemplo que al bajar a la tumba nos
dejaron. Imitémosles, pues, y prefiramos la muerte a esta vida de sumisión y
servilismo, que así como nuestras islas fueron colocadas por Natura libres en
mitad del Océano, libres debemos ser sus hijos….”
¡Loor
a los héroes!
¡Loor a los mártires!