“A
reclamación
formulada
por el gobierno cubano, el gobierno español ha indemnizado con doce mil quinientas pesetas á nuestro compañero en la prensa D. Secundino Delgado, por haber sido
injustamente preso en Madrid de orden del general Weyler”. Con esta información publicada el 5 de diciembre de 1905, en el periódico “El Tiempo”, se daba a conocer la resolución por la que se declaraba no ajustada a derecho el arresto y posterior prisión de Secundino Delgado. Este arresto fue realizado en la mañana del día 2 de marzo de 1902, justamente hace 110 años.
injustamente preso en Madrid de orden del general Weyler”. Con esta información publicada el 5 de diciembre de 1905, en el periódico “El Tiempo”, se daba a conocer la resolución por la que se declaraba no ajustada a derecho el arresto y posterior prisión de Secundino Delgado. Este arresto fue realizado en la mañana del día 2 de marzo de 1902, justamente hace 110 años.
La
orden de prisión contra Secundino había sido dictada en La Habana en 1897, por el presunto delito de fabricación y colocación de explosivo de dinamita en edificio público, en referencia a la explosión ocurrida en la mañana del 28 de abril de 1896 en el edificio ocupado por la Capitanía General de La Habana, como hecho destacado Secundino ni siquiera fue juzgado por este presunto delito, ya que entre otras cuestiones los expedientes iniciados al respecto se encontraban totalmente sobreseídos, en virtud del tratado de paz firmado por España y Estados Unidos en París el 10 de diciembre de 1898. En este sentido, las otras personas que habían sido arrestadas ya habían sido puestos en libertad por el mencionado sobreseimiento de la causa. Otro dato, que considero importante mencionar es que en él mismo expediente de Secundino existe una nota que informa de la situación de sobreseimiento del expediente.
Volviendo al día conmemorado, a
principios
de 1902 Secundino vivía veinte días al mes en Santa Cruz de Tenerife, lugar desde él que dirigía la publicación del periódico ¡Vacaguaré!. Los otros diez días se dirigía a Arafo, lugar donde vivía su familia por prescripción médica. Para Secundino durante estos días de visita a su familia vivía una “dicha perfecta”.
“¡Ah! ¿Cuánto vivía yo en estos diez días!... ¡Cómo se me hincha el alma de gozo al contemplar una pradera llena de luz, un peral florido, un almendro nevado por sus flores, una amapola roja en la llanura verde...”.
Secundino había vuelto a
Canarias
a finales de 1900 y desde ese momento tuvo una destacada vida pública tanto por su trabajo en la redacción del periódico “El Obrero”, órgano de expresión de la Asociación Obrera de Canarias, como por su importante labor en la constitución del Partido Popular Canario, pero entonces ¿Por qué no había sido arrestado con anterioridad?, evidentemente la causa de la detención fue la publicación del primer número de la revista ¡Vacaguaré!, aunque curiosamente en ningún momento de su proceso se menciona delito alguno referido a ¡Vacaguaré!.
Para
hacernos
idea de la repercusión obtenida por este periódico, el tema fue tratado hasta en el Congreso de los Diputados de España, así a principios de marzo de 1902, el Marqués de la Casa-Laiglesia, informa de la aparición en Canarias de un periódico, “cuyo sólo titulo es, al menos en la intención de sus bautizantes, una verdadera provocación para los sentimientos españoles. Titúlase Vacaguarés...."
Para
terminar
me gustaría recordar como describió Secundino su arresto:
“Un roce ténue, como el de una pluma, me abrió los ojos. Era Lila que me besó y ahora, sentada en mi lecho, reía á carcajadas frescas y sonoras.
-Vístete-
me
decía-
para
que
veas
mis
palomas
mensajeras
con
sus
pichones,
la
gallina
con
sus
pollitos,
la
pata
en
sus
huevos….
¡anda,
anda
pronto!
….
-Bueno:
cuando
salgas
me
vestiré-la
díje
acariciándola.
Saltó
como
una
gacela
y
desapareció
cantando:
“Aguila
que
vas
volando
dame
una
pluma….!
Por
la
ventana
abierta,
veía
un
cacho
de
cielo,
rojo
por
la
luz
de
la
Aurora.
Y
frente
á
mí,
alzábase,
perforando
con
su
pico
las
altas
nubes,
el
majestuoso
Teide.
Cubríalo
una
túnica
blanca
y
refulgente
como
el
cristal,
y
á
sus
reflejos
yo
soñaba
despierto
en
su
historia
pasada.
Hallábame
sumido
en
aquella
contemplación
estética,
cuando
entró
mi
hija
como
ciclón,
diciendo
á
borbotones:-Pápa,
ahí
están
dos
hombres
disfrazados
y
con
sombreros
de
tres
picos
preguntando
por
ti.
Levántate
enseguida
y
ven….
¿oyes?....
Al
poco
rato
fui.
Me
encontré
dos
guardias
civiles
que
arrebataron
mi
libertad….
Interrogué al cielo…. ¡Cuán bello é impasible le encontré ese día!
Los
inocentes
se
acurrucaron
en
las
enaguas
de
la
madre
como
polluelos
á
la
vista
cercana
de
dos
milanos.
Y á
mi
memoria
acudieron
estas
palabras
de
un
filósofo:
“semejante
á
los
carneros
que
juegan
en
el
prado,
mientras
con
la
mirada
el
carnicero
elije
entre
el
rebaño,
nosotros
no
sabemos,
en
nuestros
días
felices,
que
desastre
nos
preparan,
precisamente
en
aquella
hora;
calumnia,
persecución,
martirio,
etc.”
-¡Eh, vamos!-dije á los guardias-y salí de mi casa, entre maüsers, con la sonrisa en los labios que produce the joyol of grief…..
jps, archipiélago canario a 2 de marzo de 2012.