Aparición de la "Vírgen de El Confital"

 
   La situación de El Confital ha hecho que a lo largo de la historia numerosos y variopintos elementos hayan llegado a su costa, innumerables restos de barcos, botellas con mensajes en portugués en su interior, bidones de combustibles o restos de batallas de la primera guerra mundial, algunos de estos encuentros junto a muchas otras historias forman parte del libro “Memorias de El Confital” pendiente de publicación. En este documento vamos a describir un encuentro que por sus condiciones particulares la podemos nominar como “aparición”.
    La mañana del 3 de abril de 1968 fue uno de esos días que debido a la lluvia y el viento había que extremar las precauciones en El Confital, a pesar del mal tiempo había que salir de las casetas para asegurar las pertenencias exteriores y minimizar los daños, en esas labores se encontraba Francisco Suárez Arencibia y su esposa Rosalía Moreno, Francisco, era una persona muy conocida en el barrio por dedicarse al transporte de todo lo que se pudiera transportar, aunque fue siempre más conocido como Bartolo, ese día de mal tiempo observó una caja de madera de un considerable tamaño con rumbo a la playa, al conseguir traerla hacia tierra comprobaron que estaba completamente rodeada de algas, lo que significada que llevaba varios años a la deriva, lo más asombroso fue que al abrirla descubrieron que el contenido de la caja era una imagen de la Virgen del Carmen en muy buenas condiciones, sin deterioro alguno, está talla fue denominada como “La Virgen de El Confital”.
   En cuanto pudieron salir de El Confital informaron y entregaron la imagen en la Comandancia de Marina, publicándose el siguiente documento en Diario Oficial del Ministerio de Marina.
        
                                      EDICTO:
 
   Don Antonio Hernández Guillen, comandante de Infantería de Marina, Juez Permanente de la Comandancia Militar de Marina de esta provincia marítima e Instructor del expediente varios, número 36 de 1968, instruido por hallazgo de una imagen de la Virgen del Carmen.
   HAGO SABER: Que el día 3 de abril de 1968 y en la playa del Confital de esta Capital, fue hallado una imagen de Nuestra Señora del Carmen en el interior de un cajón, envuelta en plástico y viruta de madera por el paisano FRANCISCO SUAREZ ARENCIBIA; dicha imagen es de madera corriente, talla moderna, pintada en gris claro, de 0,90 cm. de altura, perno de madera con algunos deterioros en los brazos, manos y peana, está construida en varias piezas pegadas parece ser de procedencia extranjera, careciendo de valor artístico sin estilo determinado interesante, pudiendo ser retocada y pintada para ser instalada para el culto de alguna Iglesia o Capilla: dicho cajón tiene 95 cm. de largo por 46 cm. de ancho y estaba totalmente cubierto de percebe, por lo que es incalculable el tiempo que ha permanecido en el agua.
   Las personas que se crean con derecho al mismo mediante prueba documental, comparecerán en este Juzgado o lo comunicarán por escrito en el término de seis meses (6), a partir de la publicación del presente Edicto, procediéndose en caso contrario, a elevarlo en respetuosa consulta al Excmo. Sr. Vicealmirante, Comandante General de esta Base Naval, por tratarse leí hallazgo de una imagen de Nuestra Señora del Carmen.
               Las Palmas de Gran Canaria, a 13 de Enero de 1969.
              El Comandante, Juez Permanente,
              ANTONIO HERNÁNDEZ GUILLEN.
 
   Posteriormente la imagen fue depositada en el Obispado, produciéndose un desencuentro importante, al estimar el obispado que se la debía de quedar y no volver la imagen a La Isleta, al verse obligado el Obispado a dejar la imagen a Bartolo le hizo firmar un “acuerdo” por el que no podía ser expuesta al culto en ninguna iglesia de la Diócesis y que no se celebrara misa ante la imagen encontrada.
                                                     
    Jamás se supo cómo llegó la imagen al Confital, aunque la versión más extendida fue que un barco apunto de encallar tuvo que lanzar mercancía para aligerar peso y una de las cajas era la que contenía la imagen, también, como suele suceder en relación con estos actos, se extendieron otros rumores más basados en la fe, de una forma u otra se estima que el tiempo que estuvo a la deriva fue de 40 años.
   En cuanto Bartolo la tuvo definitivamente en su casa, la imagen fue motivo de peregrinación para bastantes devotos de la Virgen, si bien la imagen tuvo un periodo viajero ya que Bartolo con la colaboración del sacerdote y escritor Pablo Artiles Rodríguez, consiguió que la imagen fuera bendecida y exhibida en una pequeña ermita de Juncalillo, donde fue visitada por casi todo el pueblo, posteriormente la imagen regreso a La Isleta ya que el objetivo de Bartolo era que la imagen fuera ubicada en una ermita que se construyera en el lugar del encuentro, hasta fecha bastante reciente la imagen continuó en el barrio, encontrándose en estos momentos fuera de La Isleta desde que se vendiera la vivienda donde había estado todos estos años.
Bartolo, primero a la izquierda. Imágenes conseguidas con la colaboración de varias nietas.











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